miércoles, 23 de septiembre de 2009

Lala Mártin: el cuerpo inserto

 

Hace ya algún tiempo encontré las fotografías de Lala Mártin en la red. No pude evitar la sorpresa y el cautiverio inmediato por unas imágenes que se me presentaban como texturas, como paisajes y como retratos de una identidad que se plegaba sobre sí misma en un espacio fragmentado donde a los horizontes sólo se llegaba eligiendo el ángulo adecuado,  una densidad quieta donde la presencia de la modelo y fotógrafa tenía tanta fuerza como todo lo que faltaba para completarla.

Don't - Her Eyes are Closed

Don't - Her Eyes Are Closed (I am)

 

Las imágenes de Lala son mapas que nos marcan todo lo que no atisbamos de su mundo, de su tierra incógnita, son caminos detenidos a sí mismos en una revuelta del camino, esperando a que alguien pase y se pare a mirarlos y se quede allí pegado, mirando, como una parte más de lo retratado.

In the Faceless Crowd  - No Name Face

In the Faceless Crowd / No Name Face (I am)

 

Lo retratado es Lala, su rostro, su cuerpo inserto y fragmentado convertido en ese mapa que ya no es su cuerpo ni su rostro ni su retrato, sino un paisaje terroso que nos hace de celosía y nos entrama nuestra propia extrañeza de estar mirando tan adentro, tan lejos, tan necesitados de agarrarnos a esa ausencia que suena como el mar en nuestros ojos de caracola.

Su identidad se destierra, se exilia de sí misma y sólo emerge como la mano de un ahogado señalándonos un hito en su ausencia, un gesto que se convierte en signo, en lenguaje que de forma tenue, pero firme, nos señala la frontera que une dos pliegues de su corporeidad, de su estancia en la fotografía, en el mapa, en el mundo.

Every New Beginning Comes From Some Other's Beginning's End

Every New Beginning Comes From Some Other Beginning's End (Colorless Tiara)

Sus fotografías están surcadas por líneas, son tierra arada en la que las huellas de un tiempo colapsado parecen latir, parecen querer rescatarlo, querer despertarlo y ponerlo a caminar. Son texturas que forman un velo de gasa que entremuestra la distancia que queda para llegar a una certeza.

Disparate

Disparate (I am)

Las fotografías de Lala son los paisajes de una espera.

 

Entrevista con Lala Mártin:

¿Quién es Lala Mártin?

Lala Mártin es una chica que empezó escribiendo y que después se mudó a la fotografía.

Es una persona que siempre tuvo en claro que lo de ella pasaba por alguna rama del arte y de hecho, las probó todas. Es alguien que puede hacer cualquier trabajo que le ofrezcan, con la única aclaración que sólo se la va a ver plenamente feliz con una lapicera o con una cámara en la mano.

¿Recuerdas la primera vez que pensaste la composición de una foto antes de hacerla?

No soy una persona que piense en las composiciones antes de tomar las fotos, no planifico qué es lo que quiero, dejo que se vaya presentado solo. Trabajo mucho con el espacio, así que lo que sí suelo hacer es echar un buen vistazo al lugar que tengo disponible y ver qué puedo hacer con eso, pero soy una firme creyente de que la mejor composición es la que te sorprende gustándote sin que vos necesites hacer nada, la sorpresa en el resultado final es un factor que no resignaría en manos de algún tipo de planificación previa. Si hablamos de sesiones hechas para moda o empresas o particulares ya ahí estamos hablando en otros términos, porque ahí tenés una producción a tu disposición que te simplifica muchas cosas – como la locación, el vestuario, y hay una idea de concepto para la campaña que uno tiene que respetar – por supuesto, con sus libertades.

Can you See my Vision

Can you See my Vision

¿Qué medios materiales utilizas para hacer tus fotografías?

Todo lo que esté al alcance de la mano suma, si se lo sabe elegir con criterio. Por más de que no planifique mis composiciones sé distinguir muy bien en el ambiente aquellos elementos que no favorecerían a la imagen y trato de trabajar en ello pero no soy muy quisquillosa, todo sirve. No trabajo con trípode, me gusta usar aquello que tenga disponible en el momento para trabajar las diferentes alturas y distancias –siempre vi al trípode como un elemento que ayuda pero no me gusta estar supeditada a él.

¿Podrías relatarnos todo el proceso que lleva desde tu idea de una imagen a su plasmación?

Muy de vez en cuando tengo ideas previas a la concepción de una imagen. Lo que sí me pasa más frecuentemente es tener un concepto en mente y no saber qué imagen tomar para plasmarlo. Eso es lo que más me gusta, la parte del desafío y de la decisión, de la duda, la prueba y el error. Y siempre tomo más de una imagen diferente que pueda ser abarcada por ese concepto original – la decisión sobre qué muestro y que no responde a diversos criterios pero siempre trato de unificar lo que el público espera ver con aquello que yo efectivamente quiero mostrar. En ese sentido no dejo que me gane solamente lo que las personas quieren ver de mi trabajo, aunque lo sepa. Se toma la imagen, actualmente trabajo de forma digital con mi cámara casera, una HP Photosmart M627 (es una cuestión personal, sé que en algún momento voy a tener que usar una reflex por la misma demanda del trabajo y sus cuestiones, pero por el momento no veo razón para cambiar mi cámara) y de ahí se seleccionan cuáles quedan y cuáles no, para finalizar en la edición posterior que generalmente se hace en Photoshop o según dicen mis últimos trabajos, en Lightroom.

Follow You

Follow You

Una parte muy importante de tu trabajo tiene que ver con la edición en photoshop, con la creación de texturas. ¿Podrías explicarme que incidencia conceptual tienen estas intervenciones posteriores a la toma? ¿Utilizas otras herramientas además del photoshop?

Creo que la fotografía tiene dos momentos interrelacionados pero totalmente independiente uno del otro – la toma de la imagen y la post-producción de la misma. Cuando se utilizan programas como Photoshop o Lightroom, por nombrar los que yo utilizo, uno puede lograr que una foto no tan buena se vea mucho mejor pero es sólo eso, uno tampoco puede vender el espíritu de su trabajo. El aporte que puede hacer una acción de Photoshop es meramente una cuestión de colorización, un preset de Lightroom puede solucionar cuestiones como la luz o la exposición, una textura puede enfatizar una composición o agregar un elemento extra que ayude en la cuestión estética pero el sentido de la imagen, su significado y si significante no pueden provenir jamás del post-procesado. Y creo fervientemente en eso porque uno puede hacer un recorte y elegir qué parte de la realidad es la que va a comunicar o puede fusionar dos imágenes, pero de esa fusión va a partir el concepto de la imagen de forma global, no puede depender de cuestiones meramente estilísticas, la estética tiene que reforzar algo que tenga existencia independientemente de ella. Para decirlo de forma más concreta: el retoque es una gran herramienta que nos puede dar miles de posibilidades – que es capaz de mejorar una imagen si se lo usa como corresponde o de crear una aberración estética si se lo usa sin criterio pero si una imagen no dice nada, si no es capaz de transmitir nada per se, cambiarle los tonos o aplicarle una textura no va a hacer el milagro.

En uno de los comentarios que haces a pie de foto, hablas de la multitud de sentidos que puede tomar una misma imagen, simplemente combinándola con otras o editándola. De hecho, en tu serie Fusionary Imaginary juegas con esta idea utilizando el collage fotográfico. ¿Piensas que todavía podemos emplear el término objetivo referido a la reproducción de una imagen por medio del aparato fotográfico?

Por supuesto, si no lo creyera no tomaría imágenes! Creo que, como dije antes, una imagen puede tener sentido en sí misma o puede generar un significado totalmente nuevo al aplicarle otra imagen (de eso se trata mi serie Fusionary Imaginary, de lograr una unión de fotografías ya sean dípticos, trípticos, etc generando un nuevo concepto que se desprenda de la unión de esas imágenes trabajando de forma metonímica, la parte por el todo). Muchas veces veo que hay gente que utiliza esta técnica para generar gatopardismo (que parezca que todo cambia y que todo se resignifica para que en verdad todo permanezca igual), son meras elecciones personales, a mí en lo personal me gusta tener algo para decir.

En cuanto a la multiplicidad del mensaje fotográfico, eso es lo mejor y es quizás el factor mágico de todo esto: un texto puede ser interpretado también de muchas formas pero la posibilidad es inferior y siempre nos vemos en el dilema de si hemos entendido lo que nos han dicho o no. En cambio la imagen es un anclaje en sí misma, y cada cuál elige dónde anclar y cómo hacerlo – puede ser por sensaciones que despierta la propia imagen, puede ser un fenómeno plenamente evocativo y tratarse de una proyección que realiza la persona sobre un momento de su vida o una experiencia propia que la imagen le recuerda, es un proceso de empatía maravilloso. Y la cámara siempre está ahí, la cámara es el par de ojos que está eligiendo qué te muestra - está en vos poder descubrir por qué te lo está mostrando.

Share a Little Piece of your Blue

Share a Little Piece of your Blue

¿Ha pasado a mejor vida la fotografía analógica?

Yo creo que no, pero hay que ser muy cuidadoso al hablar de estos temas. Yo en lo personal me siento en deuda para con la fotografía analógica porque yo hasta el momento sólo he trabajado de forma digital, y considero que hay que llegar a la esencia propia de este arte que sólo te la puede dar la analogía. En este último período me he comprado varias cámaras analógicas y de hecho estoy esperando a un viaje que tengo programado para Octubre para poder probarlas. Pero decía que hay que ser muy cuidadosos con respecto a estas cuestiones porque, como con todo, hay intereses genuinos y hay modas, y últimamente la analogía ha tenido una buena parte de un interés genuino, pero también está siendo utilizada como una moda por varios.

En muchas de tus fotografías tú misma intervienes como modelo. ¿Qué función tiene esta intervención? ¿Eres tú la que está dentro del cuerpo fragmentado?

Siempre soy yo la que está dentro del cuerpo fragmentado, eso es lo evidente del asunto, por más que algunas de mis imágenes de mi misma utilice otros nombres de mujer son cuestiones meramente estilísticas – pero no podría negar jamás a mi propia persona en lo que hago.

Muchas veces me utilizo a mi misma como modelo por la necesidad de la urgencia: muchas veces siento el impulso de sacar fotos porque me viene algún concepto en particular y obviamente, no tengo un staff de modelos en mi casa entonces termino siendo yo la que posa porque sé que si pospongo el asunto luego no va a tener el mismo significado. También muchas ocasiones se trata de una cuestión de fidelidad a la idea original: por más que sea el trabajo del fotógrafo el guiar al modelo hasta alcanzar la pose que uno busca, muchas veces el modelo se acerca pero no lo logra en un 100% por la sencilla razón de que no puede ver las imágenes que una tiene en el cerebro entonces, en esos casos cuando sé que nadie sería capaz de lograr eso que necesito, lo hago yo.

The Voice Unheard

The Voice Unheard

Al contemplar tus trabajos da la impresión de que el tratamiento del espacio en tus imágenes es muy determinado: no tiene límites y, a la vez, quizás por la densidad que le confieres con tus texturas, adquiere una personalidad propia, una especie de identidad que se solapa con la identidad, a su vez diluida por la fragmentación y los escorzos, de tu figura. ¿Estamos hablando de un paisaje o de un retrato?

Un paisaje. A mí me gusta pensar que todo es un paisaje, incluso un retrato o un macro: todo es susceptible de cambio, y todo tiene una historia, incluso los poros en la piel. Por eso es que para mí todo es paisaje, incluso la más elaborada de las ideas. Todo aquello que me cuente una historia, desde la imagen más elaborada hasta un close-up de un ojo me muestra un campo de cosas que están allí con un motivo, con una razón, y que yo puedo considerar hermosas o no. Todo es una gran manta que se despliega ante los ojos, nos guste aquello que veamos o no.

Tus imágenes, esa especie de inserción de tu cuerpo en un ámbito que parece no haber sido colonizado aún, dan una sensación como de ternura resguardada, de debilidad que se protege para no ser hollada. Hay una especie de fragilidad fortalecida, de dignidad de lo que se muestra. Lala, ¿de qué nos están hablando tus fotografías? Si fuera su intención hablarnos de algo, claro. Y, si no lo fuera: ¿qué es lo que callan tus fotografías?

No sólo las mías, las imágenes que nos brindan la mayoría de las personas que viven de esto cuentan y callan. Fotografía, pintura, dibujos, lo que sea nos dice algo. Y en caso de que sean imágenes vacías, imágenes que para el creador no digan nada, lo bueno es que quizás a otra persona sí le pueden estar diciendo algo. En el caso particular de mis fotografías yo no las explico ni hablo de qué quiero decir o qué cuentan porque me parece que es como agarrar una tijera y cortarlas en pedazos, y si hiciera eso no sólo estaría limitando mi trabajo sino que también las estaría enfrascando y no les permitiría que tengan vida propia según el cariz con que se miren. Lo único que puedo decir es que mis fotos te dicen lo que vos quieras que te digan, y que se van a callar eso que vos no quieras escuchar.

 

Más información:

http://kumulonimbus.blogspot.com/

http://www.flickr.com/photos/lalamartin

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