¿Os he hablado en Entrepuertas y escaleras de Bronwyn y de Juan Eduardo Cirlot?
Hace años alguien me regaló un libro de poesía. El libro se titulaba Bronwyn. Estábamos en una librería y yo le conté esta historia:
“Una tarde de agosto de 1966 Juan Eduardo Cirlot se metió en un cine de Barcelona. Me imagino las calles saturadas de calor y el cine fresco y en penumbra, adormecido por el duermevela de la pantalla. La película se llamaba “El señor de la guerra” (“The war Lord”), de Franklin Shaffner, protagonizada por Charlton Heston, Richard Boone y Rosemary Forsyth en el papel de Bronwyn.
La historia es la siguiente: En la Edad Media un poblado de Normandía es atacado por los frisios. El caballero Chrysagon libra a los lugareños del ataque, cuando ve a Bronwyn e inmediatamente se enamora de ella. La muchacha ya tiene concertado su casamiento, pero el señor feudal ejerce su derecho de pernada y la retiene. Los habitantes de la aldea asedian el castillo para rescatar a la muchacha, obligando al Chrysagon y a Bronwyn, que se ha enamorado de su raptor, a refugiarse en un torreón.
En un momento de la película emerge de las opacas aguas de un lago la figura y el rostro de la belleza absoluta, de la verdad absoluta, porque, siguiendo a Tolstoi, la belleza sólo puede ser si es verdad: Bronwyn.
Esta visión, tan estrechamente relacionada al mito de la resurrección de entre las aguas, obsesiona a Cirlot hasta que, tras asistir a un montaje ruso de Hamlet, la relaciona con la figura de Ofelia muerta en las aguas: Bronwyn es Ofelia renacida. Bronwyn es “la que renace de las aguas”. A partir de entonces Cirlot dedicará todos sus esfuerzos poéticos a desentrañar el misterio de este ser absoluto que en una misma visión se tiene y se pierde. Durante los siguientes años, hasta su muerte en 1973, dedicará su trabajo poético a corporizar en palabras la esencia de ese absoluto al que había accedido entre fotogramas. Se trata de una obra formada por 16 cuadernillos publicados en ediciones prácticamente particulares, que poco a poco va alcanzando el reconocimiento que se le debe en la poesía castellana de todos los tiempos: el ciclo Bronwyn.”
Bueno, seguramente no fue esto lo que le conté, pero el caso es que ella me compró el libro y, de él, me leyó este poema:
Pensé que te alejabas para siempre,
que tu sueño era el fin de mi evidencia,
y que el sagrado bosque de tu culto
era un recuerdo sólo entre palabras.
Pero vives en mí más que yo mismo,
que apenas soy la sombra de mi ser
que va perdiendo trozos del espíritu
en los negros ramajes de los años.
Bronwyn, pero perduras y me existes.
Y soy porque me asistes todavía
entre la claridad de las estrellas
y la blancura de tu cuerpo blanco.
(En Bronwyn, W. 1971
Más información:
Artículo en Espéculo sobre la exposición sobre Cirlot realizada en el IVAM en 1996: http://www.ucm.es/info/especulo/numero4/cirlot.htm
Artículo mío más extenso sobre el ciclo Bronwyn en Autorneto:http://www.autorneto.com/Literatura/Reseñas/Bronwyn-la-que-renace-de-las-aguas.188501
Poemas extraídos de Bronwyn: http://www.xtec.es/~jaguade/bronwyn.htm
Otros poemas de Cirlot: http://amediavoz.com/cirlot.htm
Acercamiento a Cirlot y su ciclo Bronwyn: http://www.geocities.com/bronwynxxi/index.htm
Bosquejo de Cirlot en la wikipedia: http://www.wikipedia.es/enciclopedia/Juan_Eduardo_Cirlot
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