sábado, 6 de diciembre de 2008

Lo simple y lo complejo

Es curioso como desde tiempos inmemoriales, aunque ahora se me ocurre citar a los sumerios, no sé por qué, en cuanto alguien tenía una información de la que los demás no disponían y que podía ser útil para la comunidad (con el tiempo no hizo ya falta ni que fuera útil), se las apañaba para conseguir gracias a ella una posición privilegiada, de poder, con relación a los otros. Claro, las cosas del saber son tan simples que sólo hay que saberlas para tenerlas y, si todo el mundo las tuviera, el efecto de privilegio se disiparía. Muy pronto, quizás antes de comprender lo que sabía, el poseedor de esa información descubrió que, por una parte, debía evitar en la medida de lo posible que el resto del barrio conociera como él esa información, y, por otra, debía intentar que los demás supieran que la poseía y la creyeran lo suficientemente compleja como para delegar en él su administración. Así nació la astronomía, la religión y la economía, así nació la ciencia y el conocimiento, así nació el poder, otro poder más potente y sutil que ya no necesitaba de otra fuerza que no fuera la recreación de un mundo, de una realidad, acorde con sus intereses.

Había nacido el discurso. La explicación de lo que es y lo que puede ser, de lo que debe ser, se fue sistemantizando, poco a poco, y, a la vez, aumentando su complejidad para que sólo los iniciados, los pertenecientes a ese grupo que ya manejaba el poder, pudieran seguir haciéndolo.

La economía fue creciendo y se despojó lentamente del hábito religioso y el capote militar; a la par el discurso se fue haciendo laico y el comercio cruzó las fronteras y transcendió la economía del oikos, pasando del intercambio necesario a la acumulación de excedentes y la sustitución de su valor de uso por el valor de venta: ya teníamos aquí la economía de mercado. Ya teníamos aquí las ideologías.

El problema de la economía de mercado es que necesita un incremento constante de la demanda para no caer en lo que llaman recesión. Esto se consigue con una clase consumidora lo más amplia posible y que, además, sea capaz de adaptarse continuamente a una oferta cada vez más variada, amplía y alejada de las necesidades básicas. Ya tenemos aquí a la clase media. Una clase media necesitada de una formación suficiente para comprender los mensajes publicitarios, los mensajes ideológicos, las bondades del sistema. Ya tenemos aquí la educación.

La educación es una de esas palabras relicario que acoge, o más bien esconde, diversos segmentos: está la educación como adiestramiento de esa clase media que tiene que sostener el sistema de poder y está la formación iniciática de cierta clase que desde siempre ha dominado las estructuras de realidad. En unos colegios se enseña a aceptar, en otros se enseña a dominar el discurso, a utilizarlo, a convertirlo en permanente poder.

De la cosecha en el valle del Nilo hemos pasado a los grandes artilugios culturales que se celebran en los prestigiosos templos de nuestrar ciudades , las palabras se convierten en pequeñas dagas florentinas que se utilizan para domeñar a aquellos que no pertenecen a la élite. Las palabras son poder en los labios de quienes administran el saber, haciéndolo complejo e inaccesible para el resto. Los lenguajes de las élites colegiadas, de las academias, se hacen técnicos y oscuros, difíciles de comprender para el que no pertenece al círculo exclusivo. Todos se oyen hablar, los unos a los otros, y se sienten satisfechos de que no los entiendan, pero los reconozcan como dueños de ese discurso.

Pero de vez en cuando aparece alguien, como este hombre del video, y te das cuenta de que lo simple siempre es más útil que lo complejo.

Podéis ver la explicación completa de la crisis en su blog: http://leopoldoabadia.blogspot.com/search/label/%2B%20ANEXO%201%20Crisis%20NINJA

Tambíen ver otros videos en youtube: http://Pod%C3%83%C2%A9is%20ver%20la%20explicaci%C3%83%C2%B3n%20completa%20de%20la%20crisis%20en%20su%20blog:%20http://leopoldoabadia.blogspot.com/search/label/%2B%20ANEXO%201%20Crisis%20NINJA%20%20Tamb%C3%83%C2%ADen%20ver%20otros%20videos%20en%20youtube:%20http://es.youtube.com/results?search_query=leopoldo+abadia&search_type=



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lunes, 1 de diciembre de 2008

Regalos y ausencias




Es curioso como con el paso del tiempo, entrepuertas y escaleras, vamos incorporando pequeñas cosas a nuestra vida que se van convirtiendo en grandes. Leemos historias que nunca nos abandonarán más, conocemos gente que aunque sí nos abandonará, se quedará con nosotros quizás sin saberlo. Adquirimos costumbres insospechadas tiempo atrás, desde abrazar el Islam a pedir el descafeinado de sobre en vez del de máquina y algunos, incluso, llegan a terminar, por una vez, su primera colección de fascículos, después de haber comenzado mil y una septiembre tras septiembre movidos por un pasajero propósito de regeneración otoñal. Vamos llenándonos de esos pequeños recuerdos que se convierten en el espíritu del que nos los ha regalado, ocupándonos de nuevo por unos momentos y dejándonos la satisfacción, quizás diría mejor la tranquilidad, de que su presencia, aún en su ausencia, sigue haciéndonos bien. Uno de estos regalos es la canción que os pongo a continuación. Guardarla para cuando pase el tiempo. Seguro que la conocéis. Es Eternal Flame, de las Bangles. Tengo otra versión, grabada en un casero karaoke, que me gustaría que alguien recordara. Pero no me atrevo a ponerla. Aún.
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